Aún recuerdo mi primer tren de juguete. Un puñado de vías, un par de vagones y el aviso de que las pilas no venían incluidas fue la toma de contacto con el mundo del ferrocarril. No soy un sibarita de este mundilo, así que la temática sólo me parece un pretexto estupendo para disfrutar como un enano de Pocket Trains. Si encima todo esto te llama poderosamente, prepárate a que un buen puñado de horas de tu vida se quemen en sus calderas pixeladas.
El objetivo de Pocket Trains es gestionar eficazmente tu empresa de trenes y sacar mucha pasta. Si ya te has dejado querer por algún título de NimbleBit sabrás donde te metes. Decenas de locomotoras, vagones, mercancías, pasajeros y estaciones serán tu terreno de juego con unos gráficos más majos que las pesetas.
De Pocket Trains no hace falta decir mucho más. Es adictivo, divertido y gratis, ¿alguna pregunta más o te pico el billete ya?
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